No basta con tener una estrategia sólida ni con ofrecer productos o servicios de calidad. Para realmente ganar como empresa, es fundamental que los mensajes externos estén alineados con la comunicación interna. La coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos crea confianza y refuerza la imagen de la marca, permitiéndonos enfrentar desafíos desde una base sólida.

Como señala el experto en liderazgo y comunicación Simon Sinek: “La gente no compra lo que haces, sino por qué lo haces”. Este principio es una llamada a la autenticidad tanto en los mensajes que dirigimos a clientes y socios, como en los que compartimos con nuestro equipo. Cuando todos los miembros de la organización comprenden y comparten los mismos valores, el mensaje que se proyecta hacia afuera es mucho más fuerte y genuino.

La consistencia en la comunicación, tanto interna como externa, no solo fortalece la marca, sino que también permite a la empresa enfrentar posibles crisis con mayor seguridad. Si el equipo está alineado y hace suyos los valores y objetivos de la empresa, reaccionará de manera cohesionada y eficaz ante cualquier situación adversa, reduciendo el riesgo de que la imagen pública se vea comprometida.

Para lograr esta alineación, es esencial que los líderes fomenten una comunicación clara y constante hacia el interior de la empresa. Esto incluye desde reuniones regulares para revisar la estrategia y avances, hasta iniciativas que refuercen la cultura organizacional. Asimismo, la comunicación externa debe estar en sintonía, transmitiendo de manera coherente los valores que se promueven internamente.

Construir una marca sólida y coherente depende de esta consistencia en la comunicación. Cada palabra que pronunciamos y cada acción que realizamos, tanto dentro como fuera de la empresa, contribuyen a una narrativa más fuerte que inspira confianza en nuestros clientes y colaboradores.

En Scaling sabemos que ganar como empresa va más allá de obtener resultados financieros: significa construir una reputación basada en la integridad, que solo se logra cuando acciones y mensajes están en perfecta armonía.

                                                             Tomás Urzúa

                                             Brand Manager y coach de ejecutivos