Productividad: El bienestar que genera rechazo
Una sensación de pesar cubre al país, el último estudio publicado esta semana por Clapes-UC señala que Chile sumó diez trimestres consecutivos de baja en productividad. Y hace sentido que, como país abordemos el tema en forma urgente y tomemos medidas para ser más productivos.
El problema surge cuando tratamos de llevar esta idea a la empresa real, en que, para muchas personas, incluso en cargos directivos, la productividad evoca asociaciones negativas: desgaste, presión, explotación, y la pérdida de la amabilidad y los espacios de relación interpersonal en el trabajo.
Cada vez que se menciona esta idea, parece provocar rechazo o silencio incómodo: La primera vez que, como joven gerente, comuniqué el objetivo de mejorar la productividad al equipo, noté desazón y miradas esquivas. Algunos colaboradores me dijeron que habían interpretado mis palabras como “trabajar más por la misma plata”. Nadie quería eso.
En ese momento, comprendí que esa ha sido la experiencia de muchos, incluso a niveles directivos: productividad significa trabajar más intensamente, bajo más presión, por los mismos beneficios.
Este tema adquiere especial relevancia en el Chile de hoy, ya que con la implementación de la jornada laboral de 40 horas semanales nos veremos desafiados a producir más en menos tiempo. Si como país conseguimos crecer, significa que hemos mejorado en productividad. Trabajar menos y ganar más: ¿quién no querría eso?
Esto podría traducirse en un mejor ingreso y en tiempo para disfrutar de la vida con las personas significativas o en las actividades que nos apasionan. Pero nuestro historial de baja productividad, como señala el estudio de Clapes-UC nos hace ser escépticos al respecto.
Según la OIT, aumentar la productividad laboral en Latinoamérica es un “imperativo”. Sin embargo, para la CUT, esto “no puede hacerse a costa de los trabajadores”. Una de las encuestas más grandes sobre trabajo realizada por Gallup refleja un “bajo compromiso” entre los empleados, donde solo el 26% se siente comprometido con su empleo actual y no busca nuevas oportunidades. Y quienes hemos liderado empresas, sabemos que sólo un colaborador comprometido puede ser efectivamente productivo.
Buscando entender esta discrepancia de percepción, en una conversación con el equipo de Scaling llegamos a la conclusión de que la palabra “productividad” se tiende a vincular al “producto”. Y en una sociedad moderna, la calidad de vida es relevante, por lo que es necesario generar un término que incluya el bienestar personal.
Por eso, hace unos años decidimos dejar de hablar de productividad y acuñamos el término “disfrutividad”, que implica productividad para disfrutar. Es decir, producir más por hora para disfrutar más por semana.
Trabajar menos para ganar más, lo que todos anhelamos. Este concepto se ha convertido en el lema y propósito de nuestro equipo, por lo que dedicamos varios artículos al tema. Es por eso que te invitamos a conocer ideas y herramientas para incorporar la disfrutividad a tu equipo; esta nueva mirada puede ayudarte a mejorar tu negocio y la vida de tus colaboradores.
Alfonso Mujica
Founder Coach
